Peña Nieto, cada vez más cerca del caso Odebrecht

Por Gabriela Soto
México, 8 Jun (Notimex).- Enrique Peña Nieto viste un traje negro impecable. Mueve el brazo para saludar a los más de 700 priistas que viajaron a Guanajuato para ver al nuevo candidato que promete regresar la Presidencia de la República al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Es marzo de 2012, los priistas se preparan para las elecciones presidenciales. [ +A ] [ A ] Peña Nieto esboza una sonrisa que parece calculada. Luego, grita y protesta. Nace la “nueva cara del PRI” en el rostro del mexiquense: un político carismático que abrazará a las señoras de zonas marginadas durante su campaña presidencial; casado con la actriz Angélica Rivera en un matrimonio presumido en las revistas “del corazón”; miembro del Grupo Atlacomulco que presumirá a la nueva generación de gobernadores del tricolor, quienes años después son acusados de corrupción y algunos hasta de proteger a narcos y delincuentes organizados. Peña, el rosto priista que más tarde gastaría más de 60 mil millones de pesos para promocionar su figura en los medios de comunicación, principalmente en la televisión, de acuerdo con un reporte realizado por Fundar, Centro de Análisis e Investigación. El político que le arrebató la Presidencia al Partido Acción Nacional (PAN) y se la regresó a su partido, 12 años después de que les quitó el monopolio, hoy está relacionado con dos de las investigaciones de corrupción más grande de México, la Estafa Maestra y Odebrecht México, que han llevado a la prisión a dos de sus colaboradores más cercanos de su gobierno: Rosario Robles y Emilio Lozoya. En otros países de América, algunos expresidentes están en prisión o son investigados por el mismo escándalo Oberbrecht.
La conexión
El abogado Javier Coello Trejo lo dijo claro: Emilio Lozoya “no se mandaba solo”. Desde la detención de Lozoya Austin, quien fue coordinador de asuntos internacionales durante la campaña electoral de Peña Nieto y exdirector general de Petróleos Mexicanos (2012-2016), en España, fue acusado de recibir 10.5 millones de dólares en sobornos de la empresa brasileña Odebrecht a cambio de otorgar contratos del gobierno. Para Salvador Mora Velázquez, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el mecanismo que utilizaba la empresa brasileña para otorgar sobornos a los gobiernos latinoamericanos a cambio de contratos implicaba la configuración de una red de funcionarios y no la actuación en solitario. “El punto es demostrar el hecho de que hay toda una red que configura, el punto no es un asunto simplemente de que se vio beneficiado con recursos económicos, sino que habrá qué ver cuál fue la ruta de ese dinero”, planteó. “Cómo este enriquecimiento ilícito es producto de los sobornos que la empresa brasileña fincó en México. De cuales, por cierto, no sólo es una cuestión de los recursos que a nivel federal estuvieron presentes, habría que ver a nivel estatal qué gobernadores de aquella nueva clase política que encabezaba Peña Nieto están vinculados. Es una red bastante amplia y compleja”, explicó. “Se presupone que ese dinero sirvió para financiar las campañas del PRI o acabó siendo en beneficio de políticos de los cuales está involucrado el expresidente Enrique Peña Nieto”, consideró. A pesar de que el abogado de Lozoya Austin sugirió la posible participación de Peña Nieto en el caso, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha declarado que pondrá a consideración de la población a través de una consulta pública si se juzga o no al exmandatario priista. “No a las venganzas, no a la persecución política, sino marcar muy bien la diferencia e iniciar una etapa nueva, sin corrupción, sin impunidad y eso lo hemos venido logrando, si se enjuicia a los expresidentes que causaron la tragedia nacional se tiene que tomar en cuenta a Salinas, a Zedillo, a Fox, a Calderón, y a Peña Nieto, porque todos tienen que ver con atrocidades que se cometieron para causar la decadencia en México”, dijo en febrero durante una conferencia mañanera. Mora Velázquez consideró que el discurso del presidente “está fuera de lugar, en la medida que esto es una cuestión que no tiene porqué ponerse a una consulta democrática, esto es un factor que hay un delito que perseguir, entonces tiene que actuar la justicia”. A pesar de que la investigación se acerca a otros funcionarios que posiblemente estuvieron involucrados en la red de sobornos, Milca Judith Calzada Lemus, académica e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, descartó que la investigación que encabeza la Fiscalía no involucrará al expresidente. “Es un tinte político que repito que si en su momento la Fiscalía decidiera no realizar una investigación en contra del expresidente Enrique Peña Nieto, no es por cuestión de incapacidad o madurez de la institución, sino por una cuestión política que tiene evidentemente una línea, y esa será una decisión que, cuando en su momento se tome, nos enteraremos”, dijo.
¿Matrimonio arreglado?
La historia de amor de Peña Nieto con Angélica Rivera estuvo marcada por las cámaras de televisión y las sesiones de fotografías para las revistas “del corazón”. Desde el verano de 2008, cuando ambos anunciaron oficialmente su relación en el programa de televisión “Shalalá” que conducían Katia D’Artigues y Sabina Berman en TV Azteca, hasta el invierno de 2018, cuando la revista ¡Hola! confirmó el fin de lo que pareció una telenovela. Luego de conseguir la anulación de su matrimonio religioso con el productor de televisión José Alberto Castro, un procedimiento cuestionado públicamente a la Iglesia por posible irregularidad, “la Gaviota” se casó con Peña Nieto en la Catedral de Toluca, en una ceremonia que atrajo nuevamente los reflectores de la televisión y las revistas. Acostumbrada al medio del espectáculo, Rivera constantemente atendía los llamados de las revistas y programas de televisión en los que promocionaba su relación con el priista. En una de esas publicaciones ofrecidas a la revista Hola México surgieron las primeras imágenes de la “Casa Blanca” que fue uno de los escándalos de corrupción que envolvió a la figura presidencial. A medida que avanzaba el sexenio, el amor de la pareja presidencial se desgastó: en los actos públicos se observaban los desplantes entre ellos, principalmente los “olvidos” del entonces presidente hacia la Primera Dama.